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Amar APRENDER

"Mi hijo tiene tiempo para lo que le interesa"


Esta frase es una de las que más repiten las familias que me confían a su hijo/hija. Y hay muchas más que encierran el mismo mensaje: Para lo que quiere sí encuentra tiempo y hasta se concentra. Si dedicara la mitad de ese tiempo a estudiar sacaría mejores notas. Para estudiar es un vago pero para lo que le importa... ¿Es esto lo que dices o piensas?


Repasa por un momento qué hace tu hijo el día a día. Madruga para salir corriendo al colegio o instituto en el que físicamente está 7 u 8 horas ,aunque no siempre está presente en el aula, eso si puede asistir presencialmente. Porque cuando por el COVID se queda en casa, sigue con esos mismos horarios con el agravante de encontrarse solo, sin socializar con sus compañeros, sin salir de su habitación día tras día, con incertidumbre, miedo, angustia, ansiedad...


Siguiendo en el mejor de los casos, al llegar a casa se encierra en su habitación y, si no tiene una actividad deportiva, musical o profesor de repaso "estudia" durante horas y horas. Los más tranquilos ni salen hasta que les llamamos y los más activos entran y salen constantemente con cualquier excusa: tengo sed, hambre, necesito ir al baño, tengo que preguntar qué deberes tengo para mañana, no entiendo esto, etc. ¿Realmente piensas que durante todo ese tiempo está estudiando? ¿Puede concentrarse tanto tiempo seguido el primero o el segundo entrando y saliendo constantemente?


Lo que sucede es que cómo sabe que tiene toda la tarde por delante se relaja, piensa en sus cosas, en aquellas que le gustaría hacer y no puede porque se supone que tiene que estudiar. Así va pasando lentamente la tarde sin hacer ni una cosa ni otra y al final del día está enfadado, de mal humor porque no ha hecho lo que se supone que tenía que hacer (deberes, estudiar, terminar un trabajo, leer...) ni aquello que le hubiera gustado hacer. Sabe que tiene que preparar un examen la próxima semana, por ejemplo, aunque es lo último que le apetece hacer y lo deja para mañana y mañana para el día siguiente. Hasta que llega la noche anterior y estudia de memoria la parte que le da tiempo con el objetivo de aprobar. Y cuando recibimos las notas apuntamos: Estudia para aprobar no se esfuerza por conseguir una nota mejor aunque es un niño muy inteligente, él puede pero es vago. ¿Te suena? ¿Realmente crees que la responsabilidad es sólo de tu hijo?


MI HIJO TIENE TIEMPO PARA LO QUE LE INTERESA y no para estudiar. Pues hagamos que le interese y aprender sea una de sus prioridades. Conseguirlo es responsabilidad de toda la comunidad educativa, padres y alumno.


Cuando las prioridades están claras, las decisiones se hacen fáciles


En general, el sistema educativo se fundamenta en una evaluación igual para todos, habitualmente basada en un examen escrito, de unos conocimientos que el alumno memoriza para aprobar porque no conoce otra técnica más efectiva.



Para lograr los mejores resultados que el alumno es capaz de conseguir, en mi curso GUÍAme empiezo por enseñarle a gestionar su tiempo. Hay que dedicar una parte del mismo a sus tareas escolares, otra a hacer deporte y otra, como recompensa al trabajo, a lo que le gusta y disfruta haciendo o simplemente NO HACIENDO NADA. Así descubre que al tener tiempo para todo está al día de sus obligaciones, sin estrés, consigue su objetivo y además puede dedicarse a sus aficiones o intereses, sin remordimientos, disfrutándolo.


Una buena manera de comprobar que es posible es utilizando la técnica de POMODORO o del despertador. Pomodoro significa "tomate" en italiano y describe los clásicos relojes de cocina con los que se mide el tiempo de cocción. La técnica la propuso Francesco Cirilio en los años ochenta.


La idea es utilizar el reloj para medir intervalos de tiempo de estudio que variará dependiendo de la edad y de la concentración del alumno. La cantidad de tiempos depende del curso en el que se encuentre el alumno, no necesita la misma dedicación un estudiante de 1º de ESO que uno de 1º de Bachiller, también hay que tener en cuenta el tiempo que precisa para concentrarse y la dificultad para terminar sus tareas. A todos nos cuesta concentrarnos en algo que no nos gusta o nos resulta complicado y aplicar esta técnica nos ayuda.


Si te ha gustado esta reflexión, eres padre, madre, profesor o profesora y quieres que sigamos compartiendo experiencias y conocimientos, te espero en el taller online "Amar APRENDER" que impartiré el domingo 15 de noviembre a las 12,30 h en el X Congreso Nacional e Internacional de Dislexia.


Te puedes inscribir aquí: https://www.disfam.org/congreso/

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